domingo, 6 de febrero de 2011

“Estamos preparados para movernos mucho más de lo que lo hacemos.” Diego Iglesias, médico cardiólogo

No es tan difícil que la gente practique alguna actividad física o deportiva, sino que lo haga de manera sostenida. Como ocurre con las dietas, hay mucha gente que empieza a moverse, tiene algún problema muscular o en las articulaciones, experimenta la sensación de fatiga y abandona. Por eso es recomendable ir de a poco y prestar atención a las señales del propio cuerpo antes que a los estímulos de las modas o las ofertas de soluciones rápidas o mágicas.
Así reflexiona Diego Iglesias, médico cardiólogo especialista en Medicina del Deporte que trabaja en el equipo del Hospital Italiano y es coautor del libro Sedentarismo , publicado por la editorial de esa institución médica. Fue, además, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina de Montaña. Enfatiza en los pequeños cambios culturales y en la necesidad de políticas de promoción de la salud y la educación física que reconozcan la importancia de la prevención. Son muchos, dice, los que pagan 500 pesos por un par de zapatillas pero les parece muy caro un examen médico que les cuesta la mitad.
Vivimos en sociedades hiperactivas y vertiginosas, pero aumenta al mismo tiempo el sedentarismo. ¿Cómo se explica? Venimos de un pasado remoto muy activo; nuestro predecesor filogenético, el Homo sapiens, tenía una expectativa de vida muy corta, de 20 o 21 años, pero desde que nacía hasta que se moría se movía. Nosotros tenemos 99 % del genoma del Homo sapiens y una expectativa de vida mucho más prolongada, pero nos movemos mucho menos. El estilo de vida actual hace que la actividad física se vaya acotando progresivamente, desde los medios de locomoción hasta toda la gama de objetos de consumo y entretenimiento dirigidos a lograr comodidad o a satisfacer todas nuestras necesidades y deseos. Una comodidad y una ilusión que van en contra de la actividad física y nos distraen de las posibles necesidades de nuestro cuerpo: hacer todo con un click en el control remoto o el mouse de la computadora o el teléfono móvil es bárbaro, puede ser útil y excitante, pero puede ser también un click en contra de la salud, en contra de nosotros mismos. LEER +

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