La mejor manera de combatir la deshidratación es ingerir líquidos antes, durante y después de la actividad física según su intensidad y duración.
En un partido de fútbol se pueden llegar a perder de 2 a 3 kilos, sobre todo, debido a la pérdida de agua del organismo. Anticiparse a esta situación antes del esfuerzo, así como compensarla durante y después de la práctica deportiva, es esencial para poder lograr el máximo rendimiento. Un estudio español reciente evidencia, no obstante, que muchos deportistas inician sus entrenamientos ya deshidratados, algo que empeora en ambientes cerrados, como los pabellones.
Un 91% de los jugadores de élite comienza el entrenamiento "ligeramente deshidratado", algo que puede afectar a su rendimiento. Esta elevada cifra se ha calculado a partir de un estudio en el que han participado los jugadores de cuatro equipos españoles profesionales de baloncesto, voleibol, balonmano y fútbol sala. Sometidos a un estudio elaborado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), todos ellos practican deporte en pabellones cubiertos, con una temperatura ambiente y niveles de humedad diferentes a los detectados al aire libre. LEER +
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